miércoles, 26 de agosto de 2020

Atacameños

 Roca, arena y cielos azules. Silencio. Viento y polvo. Si giras en círculos, podrías no encontrar otra cosa a tu alrededor. Es un desierto gigantesco. No hay lugar en el planeta donde llueva menos. Y es ahí, en la tierra más árida del mundo, donde viven los licanantay. La necesidad les ha obligado a saber cómo encontrar y gestionar el agua. Su cultura les ha enseñado a entenderla y respetarla. Hoy, una mujer camina por la orilla del delgado río San Pedro, donde su abuela le enseñó a vivir y comprender su cosmovisión. “Somos un pueblo agua”, cuenta.

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